Por qué cantamos

Por Mauro Sarser.

La primera no me gustó. La segunda, menos. La tercera cantante me pareció mejor que la segunda pero estaba pasada de rosca. La última era paupérrima. Era claro que la primera era la mejor, ¡pero si ni siquiera me había gustado inicialmente!

Esto me devolvía, una triste vez más, a mi visión pesimista del estado cultural de nuestro… Mundo (sí, con mayúscula).

Antes podíamos hablar del “panorama local”, del Río de la Plata, de Latinoamérica, hasta de la comunidad de habla hispana, pero hoy los fenómenos son globales. Necesariamente tenemos que hablar del mundo, un mundo que no genera artistas que conmuevan.

Y no hablo de que no me conmuevan a mí, sino de que no conmueven en general.

No quiero detenerme en cómo llego a “en general”, solo voy a decir que me baso en mi propia observación de los demás y de algún estudio científico que leí por ahí que me pareció que confirmaba mis intuiciones.

La anécdota del principio transcurre en el marco de la creación de la banda sonora de un proyecto audiovisual que hicimos hace poco. Un compositor argentino, de gran trayectoria, seleccionó a cuatro cantantes jóvenes de ese país para que interpretaran la misma canción, con el fin de que nosotros pudiéramos decidir cuál nos gustaba más. O, mejor dicho, cuál nos parecía más adecuada.

La primera conclusión fue que nos habíamos equivocado. Creer que una cantante joven le podía dar un aire más “moderno” a esa vieja canción fue un error.

Las cuatro tenían un nivel profesional muy alto, pero esas chicas sonaban como niñas, no como mujeres. Sonaban a ningún lugar. Sonaban, sí, actuales, pero actual no es moderno.

Finalmente decidimos regresar a la intérprete original, una mujer ya en su sexta década. Una mujer que cuando era joven sonaba adulta, y que hoy su voz suena tan moderna como antes.

Con el tiempo nos hemos ido dando cuenta que nos suele pasar que, en nuestro trabajo, el de hacer películas, cuando se trata de los roles más artísticos y menos técnicos, preferimos trabajar con gente de la vieja guardia. Y la cosa no parece ser casualidad.

Pero, por favor, no vaya a pensar el lector que no creo que haya talento nuevo. Todo lo contrario, creo que nace gente con muchísimo talento todos los días. El problema no es ése. El problema es que el arte no lo hace el individuo, el arte se hace entre todos.  

No lo digo por demagogia sino que de veras lo pienso. Creo que el único talento del artista pasa por ser reflejo, canal, vena (como me dijo una vez Fernando Cabrera) para un mensaje. Un mensaje que es creado previamente por un ecosistema humano mucho más complejo.

El artista es aquel que plasma su lugar y su tiempo, el espíritu de su época. Y eso es precisamente lo que hacen hoy los artistas jóvenes de gran talento, plasman el espíritu de esta época sin espíritu.

Nunca la música comercial fue tan pobre, tan banal, tan carente de originalidad y, por lo tanto, tan irrelevante. Tengo entendido que esto es un hecho objetivo (de ahí lo de los estudios científicos que mencionaba antes, dejo link abajo de un artículo que habla de uno de ellos*). Pero no es culpa de los músicos. O, por lo menos, no del todo.

Muchos culpan a la industria, a los medios… al Sistema, como si estos fueran entidades autónomas, independientes del resto de los parámetros que conforman lo que somos.

El transcurrir cotidiano de la especie hoy, lejos de fascinarme, me es indiferente. La vida en las redes, las opiniones formadas por titulares, la demanda de entretenimiento por el entretenimiento, el consumo de los objetos en sí mismos y no por su contenido simbólico, la no-política, la corrección política, la importancia de los sentimientos por encima de los datos, los datos que regalamos, las causas nobles frivolizadas y banalizadas, los debates entre inexpertos que se sienten orgullosos de serlo, los niños neutralizados con tablets, los adultos infantilizados… no siento que nada de esto resulte en un relato atrapante. Entiendo que la civilización ha avanzado un montón y que estamos mucho mejor que hace medio siglo en muchos aspectos, pero justo en el que a uno más se interesa, no.

Por supuesto que todavía se pueden encontrar, si se las sabe buscar, expresiones que valen la pena. Pero por algún motivo no predominan en la superficie.

Supongo que si nuestra vida, nuestro Mundo, no es interesante, su narración tampoco lo será. Y si queremos mejores canciones, intérpretes, películas, etc., debemos empezar por nosotros y hacer de nuestro paso por el mundo algo digno de ser contado.

*“La música es cada vez menos original” (Victoria González, Muynteresante.es).

https://www.muyinteresante.es/ciencia/articulo/la-musica-es-cada-vez-menos-original#:~:text=Las%20canciones%20compuestas%20en%20los,en%20la%20revista%20Scientific%20Reports.