¿Cuantos de nosotros estábamos deseando volver a ver shows en vivo?, ¿cansados de las pantallas, con ganas de vibrar frente al escenario?
Vibrar, cantar, reír, disfrutar, sentir, todo eso es lo que queríamos y lo que pudimos vivir este Viernes en Sala del Museo gracias a Los Prolijos, que volvieron con todas las fuerzas acumuladas a plantarse y comerse el escenario.
Es raro ver una Sala del Museo con mesas en vez del espacio abierto que nos permite bailar y saltar, pero esa rareza no es mala, al contrario, convirtieron este cambio obligatorio en algo cálido, hogareño, fue como estar entre amigos, bueno, de hecho, lo estábamos.
Un show que tuvo todo, de más está decir lo que se divierten estos muchachos tocando en vivo, y como te trasmiten esa energía tan positiva. A esa performance de la que tanto disfrutamos, se suma la iluminación que dejó pasmado a mas de uno y nos trasportó a diferentes clímax durante todo el show, (a cargo del gran Diego Viera) y también las magias de Nico Beli en el sonido, una joya sonora. Matías a cargo de la banda y todo el personal de Sala del Museo hicieron que fuera una experiencia hermosa, y claro, va nuestro agradecimiento a ellos, y a la banda, Fede, Pablo, Diego, Nico y Gonzalo. Un ÉXITO.
Reseña y fotos por Abigail Ramírez (@abbeyr.p)
