Por Gabriel Plaza.
La vida de Vanesa Britos en un fin de semana con recitales es así: Salió a las ocho de la mañana de su casa para tomarse el vuelo desde Río de Janeiro, ciudad donde vive con su esposo el futbolista Nicolás de la Cruz y sus dos hijas. Llegó a la tarde a Montevideo. De ahí se fue manejando para una actuación en Río Negro, que queda a cuatro horas de la ciudad. Volvió a la madrugada para estar a las seis de la mañana en el aeropuerto. Se tomó el avión que la devolvió a Río, hizo la cena para sus dos hijas, se duchó, se acostó, y se volvió a levantar temprano para llevarlas al colegio.
“Es muy sacrificado lo que hago hoy, porque antes estaba en Argentina y era cruzar en barco. Igual disfruto los conciertos aunque sea cansador. Creo que ya estoy adaptada a este movimiento de que sé que los fines de semana no duermo y no como bien”, dice Vanesa Britos, por teléfono desde Rio de Janeiro, con esa misma energía tan característica de sus conciertos.
Desde los seis años Vanesa Britos ingresó al mundo artístico. Su vida ya no fue la de una niña normal. Conoce el trajín detrás de los ensayos y los escenarios. Se forjó en los tablados y participando en el Carnaval de las Promesas. Allí conoció a su profesora de canto, Marta Leivas quien fue su mentora y la inició artísticamente dentro del elenco de la revista musical «Corazones». Durante el carnaval uruguayo, integró agrupaciones como la revista Madame Gótica y la agrupación de lubolos Sarabanda. En 2011 ingresó a la orquesta Super Grupo Antillano del director Raúl Cabrera. A partir del éxito con la canción “Cobarde”, se convirtió en un ícono femenino de la movida tropical, dentro de una escena que todavía no había alcanzado el grado de legitimización que encontró en los años posteriores.
En junio del 2017 la Intendencia de Montevideo reconoció al género de la plena de interés cultural y le dio un día de celebración especial dentro del calendario oficial de fechas culturales. Después de años sonorizando los bailes populares de Montevideo fue la reivindicación para un ritmo popular con una larga historia en la ciudad. “Soy de una generación donde al menos desde hace 16 años que estoy en la movida y es como que se ha abierto un poco todo”, reconoce Vanesa Britos, que fue una de las puntales de la plena.
La confirmación de que la plena sigue creciendo entre otros públicos, es el festival La-Cumbia-La, a realizarse el próximo sábado, a partir de las 18 horas, en el Teatro de Verano Ramón Collazo, donde el protagonismo lo tienen varias mujeres afiliadas al ritmo plenero: Vanesa Britos, Luana, Majo y la del 13, Yandira y los Adas.
“Hoy somos mucho más las mujeres que abarcamos el género de la plena y está bueno, porque así como yo hay otras artistas que la verdad que son espectaculares y que vienen trabajando muy bien y son muy aceptadas por el público. Ahora tenemos el espacio para poder hacer cosas que quizás antes no se hacían”, dice Britos, que proyectó su música fuera de Montevideo gracias a su versión del tema “No te creas tan importante”, popularizada en la Argentina por Damas Gratis.
Desde que apareció cantando en la orquesta Antillano, fue la creadora de un estilo. Su voz que sigue el compás del ritmo es melódica y se rompe con ese rugido más propio del blues, o más canyengue. “Tengo como esa marca propia y a todos le gusta eso de que arrastro la voz”, dice. Al igual que el cuidado de un repertorio donde ubica a la mujer en un lugar de empoderamiento frente a las relaciones de pareja. Canciones como “Cobarde”, definieron su lugar dentro de la escena tropical. “En su momento cuando yo salí con la orquesta no se solían hacer canciones dedicadas directamente para los hombres”.
Esa es una línea de canciones que después continuaste a lo largo de todos tus registros.
Son historias que pasan y en su momento pasaban, y siguen pasando. Historias donde por ejemplo, mujeres, sufren violencia de género y está bueno a través de las canciones poder también llevar un mensaje, defender el género femenino y que podamos llegar a cada casa con una letra donde las mujeres se sientan identificadas. Creo que muchas de las canciones que hice, muchas fueron covers, pero también tengo muchos temas inéditos, les fue muy bien. Eso me indicó que siga el mismo camino, porque la verdad también hago canciones de desamor y de amor, pero siempre con un mensaje.
Es un lugar de empoderamiento de la mujer lo que apareció siempre en tu repertorio.
Exacto y antes era muy difícil. Hoy como que se amplió mucho más. Se abrió el abanico totalmente.
Dentro de eso tomás canciones de otros. Hay como una mezcla, entre la compositora con mensaje y la intérprete divertida.
Sí, como también hago otro tipo de canciones. En la plena hice canciones hasta para mi hija y para mi esposo.
Hasta incluiste una canción de Tini, “La triple T”. ¿Cómo surgió?
Me nació un día. Fue una canción muy pegada en Uruguay y me dije, la voy a reversionar en plena a ver qué pasa. Cuando la canté anduvo muy bien entre un público adulto, pero también entre los chicos. Adaptada claro. Cuando hay niños en mis shows me fijo como es el repertorio y la canción resultó ser linda porque los niños la re cantan. Siempre fui de tener mucho público de niños, entonces también por ese lado cuido mucho la imagen a la hora de cantar y en cada show, sobre todo cuando hay eventos grandes al aire libre.
¿Cómo fue la evolución de la plena, desde que comenzaste?
Lo que se hacía antes era la plena cuadrada como le llamo. A diferencia de hoy que en la plena tenés otros sonidos. Suena diferente, se baila diferente. Hay sonidos nuevos que traen muchos artistas y bandas nuevas que vos escuchas y decís, esto es plena, pero tiene algo más contemporáneo, otros instrumentos, otras cosas, que está bueno. Es lindo que se hagan cosas diferentes y que la gente lo acepte. Cuando arranqué era todo plena antigua. Ahora es como todo más moderno, bien orquestal. En la plena de ahora se puede usar el acordeón, la guitarra con el saxo, o sea tiene varias cositas nuevas como para poder sumarle y eso está genial.
Tu historia artística también se forjó en el carnaval y los tablados. Participaste de la agrupación Sarabanda y Madame Gótica.
Participé del Carnaval de las Promesas desde los 6 años hasta los 18. Toda la vida de chiquita la hice en el carnaval y después participé del carnaval mayor. Después por circunstancias de la vida y tiempos tuve que dejar. Hoy ya hace años que no salgo en carnaval. Lo extraño mucho. Yo sé que en algún momento voy a volver.
Tu encuentro clave fue en tu niñez con la profesora de canto Marta Leivas ¿Qué significa esa persona para vos y qué mundo te abrió?
Tenía seis años y era como mi segunda mamá porque yo iba todos los días a su casa a estudiar. Llegaba de la escuela a merendar y después a estudiar. Fueron muchísimos años así que aprendí con ella, crecí con ella en el Carnaval de las Promesas. Hoy puedo tener una linda manera de manejarme arriba en el escenario porque no es fácil estar adelante de tanto público como me ha tocado estar, y el carnaval me ayudó mucho a no tener vergüenza, no ser tímida. Pude aprovechar y sacarle jugo a todo lo que me enseñó Marta Leivas porque era terrible profesora. La verdad que yo creo que si hoy soy la artista que soy es gracias a ella.