
En 1986, la banda argentina Sumo editó “Llegando los monos”, un álbum que se instalaba con un furioso inconformismo en medio de la primavera democrática que se vivía post-dictadura. Allí Luca Prodan, el italiano que había estudiado con príncipes y llegó al país escapando de su adicción a la heroína, gritaba: “Luces calientes atraviesan mi mente, luces calientes atraviesan mi mente”, en un ominoso y desenfrenado punk rock. Algo de esa energía y el espíritu inconformista, aparece en el trasfondo de “Transmutando”, la nueva canción de la banda Coff Coff.
“Viaja la mente / se divierte como loca”, repite el estribillo, provocando un baile desencajado, como un mantra ominoso y de linaje post-punk. En el video de la canción un mono totalmente drogado, está montado en una bicicleta que atraviesa un camino dibujado con las notas de un piano, como en un videojuego desquiciado. La canción es bailable y envolvente, el sonido del saxo serpentea sobre el riff de una base ska, la voz es cruda y poderosa, mientras que el groove del bajo y los coros hacia el final del tema desencadenan en una cita a “Miss you” de los Rolling Stones.
“La letra de Seba (Silva) tenía esa idea métrica y me fui imaginando esos ambientes medio bailables y caóticos, que tienen que ver con la transmutación y la realidad cambiante del mundo de hoy. Es un caos cada vez más grande y la música tiene que reflejar esas realidades en las letras y en las músicas. Nosotros nos caracterizamos por tener varios estilos y no encerrarnos en ninguno. Al ser muchos integrantes tenemos gustos diferentes y eso se ve reflejado en la música”, dice Leo Mutter, uno de los tres integrantes originales del grupo, que quedan de aquella primera etapa de fines de los años noventa.
La canción fue grabada en Montevideo y mezclada y masterizada en Porto Alegre, por el músico y productor brasileño Lucas Hanke. La banda tiene un vínculo fuerte con Brasil. En el tema “Parece que va a llover”, que abría su disco “La que mató a King Kong”, editado en 2001 por Obligado Records, el pulso del ska era atravesado por el mood de la lengua portuguesa. Esa relación se mantuvo con el tiempo. Su participación festivales como el Morrostock, donde tuvieron una muy buena recepción del público brasileño, selló ese pacto de hermandad.
El nuevo tema tuvo su estreno oficial en el concierto que la banda realizó el viernes 15 de este mes, en la Sala Corchea, en su formato “desenchufado y sin gluten”. El grupo detona la catarsis colectiva en sus conciertos. La banda está integrada por Seba Silva (voz), Leo Mutter (bajo y voz), Juan Carlos Mendez (saxo y coros), Juan Amorín (trompeta), Pablo «Cara» Trindade (percusión y coros), Chars Aguirre (guitarra y coros), Fernando Novas (teclado y coros) y Santiago Nicolenco (batería).
El nuevo single es la excusa para poner en movimiento a la tribu que sigue a Coff Coff. La letra de la nueva canción habla de esa transmutación que viven las personas que están llegando a la edad de cincuenta años. “Es la necesidad de no dejar pasar un segundo sin vivir una aventura nueva. Irse despejando de los miedos y las costumbres acumuladas. El viaje de la mente es ese. No hay que dejar de nada sin probar porque estamos entrando en el segundo tiempo de la vida y tenemos esa necesidad de movernos y bailar. Quería transmitir esa energía, esa vitalidad, esas ganas de bailar y jugar un poco con ese viaje de alguna droga, pero quizás esa droga es la propia vida de uno que tiene que disfrutar al máximo. Hay una parte de la letra que dice: “es tan sencillo que de sencillo es sencillo”, cuenta Seba Silva, cantante y letrista del grupo.

Esta nueva canción tiene un condimento bailable fuerte, pero también un dejo oscuro post-punk.
Seba Silva: Somos punkies bailables. Venimos de la escena punk, pero recuerdo que al principio éramos mirados con asombro porque teníamos una banda con tumbadoras y pailas. Empezamos a meter otros ritmos en la escena punk del ’97. Después cuando empezamos a llevar vientos era visto como raro, pero toda esa comunidad punk terminó bailando. Al final hacemos música para que la gente baile. Es verdad que nuestra lírica es contestataria, pero al final si bien hacemos canciones para reflexionar, la música sobre todo es para bailar.
¿Esta nueva canción es el prólogo de un nuevo material de la banda?
Seba Silva: Son tiempos diferentes. Hablar de un disco, a nosotros que somos señores de los noventa, nos tienta, nos da ganas, pero la industria de la música no te pide discos, sí a las mega bandas, pero en bandas como nosotros no amerita. Sí, hay nuevos temas y tenemos el proyecto de grabarlos en Porto Alegre en el estudio Marquise 51 de Lucas Hanke, que fue el productor artístico de “Transmutando”. Vamos a estar de gira en octubre y aprovecharemos para grabar el tema nuevo íntegramente en Brasil. También tenemos previsto girar por Chile y nos vamos a quedar tres días en Valparaíso. Estamos haciendo las tratativas, para que nos grabe Lautaro, un productor chileno, ya que una canción en su estribillo menciona a Valparaíso. Queremos vivir esas grabaciones como experiencias únicas. No sé si podemos perseguir el mega éxito. Ojalá podamos vivir de la música y de las giras, pero perseguimos las experiencias, las cosas lindas, esas que nos van a quedar para siempre, grabar un tema en Brasil, grabar un tema en Chile. Seguramente no cambia desde lo técnico, pero simbólicamente está bueno.
¿Después de tantos años en la carretera y una pausa larga que tuvieron, como se inserta la banda en el contexto actual de la música de Montevideo?
Seba Silva: Montevideo es nuestra casa y donde tocamos menos porque es el más difícil de tocar. El último show fue en el Hotel del Prado, donde no se hacen shows y fue con un mapping, danza con fuego, vino una artista chilena que hizo la coreografía, estuvo Tabaré Rivero, fue un show diferente para un domingo de abril con cientos de personas que se acercaron. Era una experiencia artística que incluía la iluminación de un edificio emblemático en el oeste de Montevideo, donde se hace el Cosquín Rock. No era ver una banda sino el mapping, a los artistas del barrio como Natalia Paula, y hasta rap. Fue una gran movida. Siempre buscamos brindar un espectáculo diferente. En Sala Corchea hicimos un acústico no tan acústico y fue el último toque hasta diciembre. Montevideo nos encanta, nos nutre con mucho de su gris a la hora de componer, pero a veces terminamos tocando más en Porto Alegre o del lado brasileño, o en la Argentina, Chile o el interior del Uruguay.
Sus letras siempre tuvieron una premisa crítica. ¿Con un nuevo gobierno del Frente Amplio, qué posición adopta el grupo?
Juan Carlos Mendez: Algunos somos apolíticos, y otros tienen más simpatía por unos o por otros, pero somos conscientes que el interés político hoy por hoy está alineado a las corporaciones, y no hay ninguno de los políticos que nos represente y que les interese cuidar nuestra soberanía. No es un problema nuestro, sino un problema global, es la instalación de la agenda 2030. Con eso, se pierde mucha soberanía y nosotros estamos del lado del pueblo y nos mueven más los intereses del pueblo, los temas sociales, que los políticos. Por eso, nuestros temas aunque pasen los años siguen vigentes.
Coff Coff se siente hermana de bandas como La Tabaré. ¿Es un camino que siguieron y acompañan en algún sentido?
Leo Mutter: Todos nos criamos escuchando a La Tabaré. Por mi edad curtí mucho el rock de los ochenta y ellos eran un referente junto a Los Traidores, Los Estómagos, Los Tontos. Después se dio el vínculo de Seba que trabajó como stage de La Tabaré. Eso generó una hermandad y tocamos muchas veces juntos. En realidad, somos hijos de varias generaciones. Me siento hijo del rock de los ochenta y Seba como otros integrantes son más de bandas de los noventa y del dos mil como La Vela y NTVG, que son contemporáneos de cuando nosotros salimos. Va por ese lado la conexión que tenemos con nuestras raíces.
Seba Silva: Más que una banda hermana somos hijos de La Tabaré. Hay mucho parentesco con ellos, La Chancha Francisca, Los Estómagos y Los Traidores, que es ahí donde nace nuestra efervescencia por la música. Yo curto después La Vela que me llena mucho, y del lado argentino hay mucho de Sumo y los Cadillacs. También me crucé con bandas como Karamelo Santo, La Zurda, Un Kuartito y ni que hablar de Manu Chao. Todo lo que es el punk español y británico nos llega porque Alfonso Carbone, novio de la hija del dueño de la casa de música más importante de Montevideo, que se fue a Inglaterra y España, y trajo todos esos discos del punk y el pop británico para las disquerías. Entonces nuestro rock tiene mucha influencia de todo eso.
¿Hay un imaginario que conforma la estética de Coff Coff? Seba Silva: Tenemos ese concepto del circo, la feria, la experiencia escénica, como el de la Feria de las Mentiras de Mano Negra. Intentamos ser el eje de un espectáculo que fusione mapping, un señor tatuado o colgado de su propia piel, o que haya danza del fuego y la música de Coff Coff formando parte de todo eso. Es una mente más colectiva, donde la música va a ser parte de esa fiesta. Por eso, las canciones nuevas me encantarían que sean para bailar. Me quiero seguir rebelando con la sociedad y seguir siendo joven. Por ahí, puede venir el futuro de la banda, en esto de seguir molestando. No somos una banda que estamos en los grandes festivales, pero existimos y molestar es parte de lo nuestro con esa lírica contestataria y una música bailable.