
Por Gabriel Plaza // Fotografías: Julieta Domínguez.
En la calle Zelmar Michelini (ex Cuareim) comienza la historia del candombe. Son las siete de la tarde y Mathías Silva, hijo del gran Cachila Silva y responsable artístico de la legendaria comparsa Cuareim 1080, explica como llegaban los esclavos a la orilla del Río de la Plata y los seleccionaban para darles sus trabajos. Cuenta, también, como en el día de San Baltazar -la celebración que le dejaban tener sus amos-, comenzó a gestarse uno de los toques madres del candombe que inventaron sus tíos abuelos y su abuela, para expresar su religiosidad, su cultura y todo aquello que habían dejado atrás en el continente africano. Todo lo relata como si fuera un documental, aunque se trata de la historia de su propia familia que llega hasta este presente. “Allí está la casa donde nos criamos. Es la misma casa donde se hacían los encuentros de tambores. En el fondo la pueden ver a mi hermana que está cocinando”, dice el más joven de la familia Silva.
El grupo de quince programadores internacionales que llegaron al Mercado Musical de Uruguay, para conocer mejor la escena uruguaya escuchan fascinados la historia de cómo los barriles que traían la comida se convertían en tambores, la historia del conventillo Medio Mundo, donde Mathías Silva, muestra orgulloso una foto de su abuela que lo regenteaba, y el triste relato de como la dictadura militar echó a todas las familias afrodescendientes que vivían en el conventillo para trasladarlos a otros barrios periféricos, donde vivieron en peores condiciones.
El recorrido continúa en la sede de la casa cultural de la comparsa Cuareim 1080, en Carlos Gardel 1194, donde los visitantes aprenden los toques básicos y son instruidos en el arte del baile de los diferentes personajes de la comparsa. Al final, hay brindis, baile, choripanes y un cierre en vivo con Juan Mariño y su grupo. Ese es el inicio de una experiencia de cinco días, donde programadores y curadores de Brasil, Argentina, Chile, México, España y Canadá, escucharon más de quince proyectos uruguayos, en la sedes de la sala Corchea, la Sala Zitarrosa y en la localidad de Florida. Al final de esta edición bautizada «Entre tangos y candombes» -organizado por Fans de la Música y Cooparte-, cada uno de los invitados internacionales, se volvió a su ciudad con una sensación diferente.

Llegado desde Argentina, el programador Gabriel Noacco, que forma parte del equipo del Palacio Libertad (conocido popularmente como el CCK) dice: “Fueron cuatro días muy intensos de ver muchos showcases, conversar con productores, gente de la escena argentina y uruguaya. Era la primera vez que viajaba a Montevideo y me llevé una gran sorpresa con el nivel artístico de todo lo que vi. Imagino incluso todo lo que debe haber y que todavía no pude ver. Me encantó la presentación de Diana Ramundey. También me gustó mucho la cantante del Che Papusa Dúo, y una artista que me llamó mucho la atención por su carisma fue Isabel Denoir. Estoy en contacto con muchas de ellas para trazar puentes y esperar que se concreten varios conciertos. En setiembre vamos a tener en el Palacio Libertad la presencia del Che Papusa Dúo y en octubre la idea es que se pueda presentar Diana Ramundey. Muchas de las cosas que vi posiblemente se puedan ir concretando en vivo a lo largo de los meses”.
Tomás Undurraga, agente de la industria musical, proveniente de Santiago y Valparaíso, de la productora Sonidos Crecientes, encontró en la experiencia del mercado en Montevideo otras particularidades, que le dieron une nueva perspectiva de la movida de la ciudad. “Para mí, fue una experiencia súper enriquecedora porque me conectó mucho con la esencia de Uruguay. Estuvimos casi una semana completa en la ciudad y pude sentir el ritmo de la ciudad, disfrutar la gastronomía y conocer espacios culturales que son cuna de los sonidos de Uruguay. Fue muy enriquecedora en ese sentido. Además me interesó conocer la bohemia de Montevideo, conocer la onda uruguaya, conocer el circuito musical más a fondo para compararlo con otros lugares, y ver qué mercado tienen, y que cosas escuchan. De allí me llevé poder conectarme con gente que tiene un sueño igual al mío, que es internacionalizar proyectos musicales y hacer circular a las bandas que tienen un mensaje consciente y que no son sólo populares”.
La productora Paola Vásquez de SEA, radicada en San Carlos de Bariloche, y que tiene en su haber varias ediciones de la experiencia montevideana, cuenta: “Este mercado siempre trasciende las relaciones humanas, lo vincular, lo que nos muestra desde la emotividad, la calidad musical y conocer nuevos escenarios como el de La Florida. En lo refrendado al tango y el candombe me sorprendió muchísimo. Sobre todo lo que escuché de tango porque no sabía la cantidad de proyectos que había en ese sentido. Me emocioné mucho por esa almita tanguera que tengo con Che Papusa Dúo, con la orquesta La Mufa que escuché en la Sala Corchea. Me gustó mucho la función con las Hermanas Ramundey con los tambores. Me sorprendió mucho Seba Prada. Si pudiera me traería todo al sur. Vamos a ir de a poco. Ya estamos generando algunas colaboraciones entre artistas de la Patagonia y Uruguay. Con Las Hermanas Ramundey vamos a estar en la sala Zitarrosa y también estamos generando una integración con Pájaros Kiltros. Se armó una red interesante con el tango uruguayo y estamos trabajando en el mercado patagónico para agosto: me voy a traer a todos los programadores posibles que fui conociendo en el Mercado de Uruguay”.

Adriano Ministro de la Agencia Raíz Forte, era la primera vez que llegaba al Uruguay desde la ciudad de San Pablo, Brasil, representando un colectivo artístico. “Lo que más me llamó la atención fue el ‘recorte’ de una característica muy fuerte del candombe. Como una persona de São Paulo, no estaba ubicado con ese ritmo y elemento cultural uruguayo. Por acá lo que suele ser más presentado como música de Uruguay son las canciones gaúchas con acordeón, el sonido de frontera del sur de Brasil y, obvio, conocía a Jorge Drexler. También por lo recorrido en ferias y el intercambio constante tengo conocimiento de algunos trabajos de rock como No Te Va Gustar, La Vela Puerca, Coff Coff, Eli Almic, pero son músicas que no están en el reconocimiento general del gusto del brasilero promedio, Así que toda oportunidad de encuentro y reencuentro con personas de otros lados que se dan en los mercados resultan riquísimos”.
Gustavo Ameri, coordinador del sector música del MICA de Argentina dice: “ El Mercado Musical de Uruguay me gustó mucho por varias razones. La escala chica le da como una situación de convivencia y cercanía a los que forman parte del mercado que eso lo hace mucho más humano y permite que se generen contactos más fluidos a lo largo del tiempo. Esa cercanía hace que los vínculos se fortalezcan mucho más. Lo otro que me pareció interesante es que puedan articular la organización del Mercado desde diferentes asociaciones, en las que también puede aparecer el Estado y eso le da una perspectiva de largo plazo. De los artistas me interesó mucho la temática de Tabaré Leyton y la cantante Isabel Denoir, que me pareció increíble, tanto su show como su performance. En general, todo los artistas me parecieron muy buenos, más allá de algún proyecto menos maduro. Es buenísimo que el mercado lo piensen no solo en Montevideo sino como con una búsqueda hacia otros lugares. Estos encuentros me permitieron encontrarme con colegas que nos conocemos a la distancia, pero que nunca nos habíamos visto en persona. Estar en contacto con ellos sirve para tenerlos en cuenta para los próximos MICA que se puedan hacer. Para mí, fue muy productivo estar y compartir con toda la gente del mercado. Esa escala humana le da un diferencial y lo hace muy interesante”.
Por más información: Mercado Uruguay Musical