Soriano 1245

Por Mario Pires.

Ella me dijo:

–Escribíte algo para el sitio web. Siempre estamos necesitando material. Eso sí, tiene que ser bueno y referente a la música… El sitio es de música, no podemos publicar cualquier tema.

Y el punkie que hay en mi inmediatamente pensó para si mismo, ensimismado consigo mismo, enredado en sí mismo:

Si, si, claro, escribo a demanda y por pedido, una miiierrrda de arte es lo que hago, ¿no? ¡Yo no escribo a demanda! ¡Jamás lo haría! Y además… lo mío… es la poesía… la enorme poesía… porque yo soy un enorme poeta… muy sensible.

Y el hippie que hay en mi a continuación pensó:

Ok, tranki panki, man, aflojáte. Lo peor siempre está por venir por lo que no vale la pena estar siempre alerta. Y tus pensamientos… tienen cierto tintes siniestros rozando la paranoia. En fin, hete aquí, un tipo complejo.

A veces soy
un punkie descapuzado, nervioso y ceñudo
y otras veces soy
un hippie tolerante, aprensivo y casi casi soñoliento
1

No recuerdo por qué (supongo que por el simple hecho de llamar a una radio y salir sorteado), ni muy bien donde (casi apuesto todo a que fue en El Dorado FM), me gané una entrada para ir a ver a La Tabaré Riverock Banda. Era 1995. Yo ya la había visto varias veces. En una oportunidad con entrada gratuita en la playa de Solymar, sería diciembre 1992 o los primeros días de enero de 1993.

Y ya no hay nada que me pueda salvar
ni el Estadio Centenario
ni las playas uruguayas
ni la arena de Arocena
ni las de Solymar
me quiero ahogar…
2

Un día se corrió la voz que tocaban y ahí fuimos. A mí me gustaba mucho desde el primer tema que escuché de ellos en la radio, Mujeres de Honky Tonk:

Me acosté con otra señora en la ciudad de Pando
se estaba divorciando de su gigoló
ella fue quien me cubrió de rosas
sonó mi nariz y desquició mi mente
Son las mujeres de los quilombos
dame, dame, dame, los quilombos blues
3

Ni idea tenía entonces que ese era un tema de los Rolling Stones y que le cambiaron la letra por algo más local, aunque no sé (ni he profundizado) que tan diferente es una letra de otra. Ahora, la letra de Crua Chan versión Sumo y versión La Tabaré si las estudié, en sus aciertos y errores ambas me encantan y entendí la guerra de los escoceses contra los ingleses al grito de… o mejor dicho:

Cantando!!!
Fee, fi, fo, fum!!!
Huelo la sangre de un hombre inglés
fee, fi, fo, fum!!!
Cuidado Inglaterra acá nos tenés
4

Supongo que ahí andaría marchando Mel Gibson para en el final de la historia gritar ¡¡¡Freedom!!!, pero como con suponer no hacemos nada y porque de habladurías sin fundamentos estamos hartos… No, no, Sir Wallace estuvo peleando casi 450 años antes de ese Fee, fi, fo, fum!!! de 1745, lo que me lleva a pensar, carajo, tantos años peleando contra el obstinado conquistador. A conquistador obstinado, obstinada resistencia.

Nota antes de continuar: Aquí se menciona bastante a La Tabaré porque la historia versa en parte sobre ella. Otros artistas interesados en ser mencionados en futuros textos pueden enviar sus amables seducciones (no-económicos, si-especias), a este mismísimo autor. Sino, bueno… serán citados a su puro antojo y voluntad.

La música está enferma
Nosotros también
Para recuperarla hay que volverla a romper
5

¿Y por qué ahora cito un tema de Los Estómagos después de argumentar sobre La Tabaré?

Y porque se me canta. Y si a alguien le molesta que se escriba su propios textos para su propio disfrute personal y crítica ajena. Diría el punkie en mí.

Y porque la música es libre, hay que dejarla fluir, que salga la que tenga que salir, no hay que canalizarla ni condicionarla, un tema lleva a otro tema, canción tras canción. Diría mi hippie interior.

Y entre los dos, hago uno solo, yo… Sigo… Entonces… En aquél 1995, ¡me gané una entrada para ver a La Tabaré! Pero mi amigo Andrés no tenía entrada y era imposible que no fuéramos a verla juntos ya que por esos tiempos éramos compinches inseparables. Así que fuimos temprano a la sala Arteatro, ubicada en Canelones esquina Rondeau (hoy Héctor Gutiérrez Ruiz). Al llegar fuimos a la boletería para comprar la otra entrada y ya no quedaban más. ¡Agotadas! La única posibilidad, según el boletero, era: –Cuando llegue Tabaré Rivero, si él autoriza puede entrar más gente a la sala.

Así que aquello se estaba complicando. Nos fuimos hasta la vereda, llovía levemente pero constante, nos pusimos bajo un balcón cercano para protegernos de la lluvia y fumamos y fumeteamos para descargar nervios y prepararnos para ver el show.

La gente iba llegando. Bastante gente. Al buen rato llegó Tabaré, entramos tras él directo a la boletería, algo le dijimos al boletero, él le explicó a Tabaré que habían algunos sin entrada, si él autorizaba a que entrara más gente, Tabaré dudó unos segundos, dijo que si, y antes que pasara otra cosa rara o hubiera marcha atrás, sacamos la entrada que nos faltaba.

A todo esto el público ya había entrado y estaba lleno a reventar, conseguimos sentarnos en unos escalones y vimos un excelente show.

Entre canciones actuaba el dúo cómico (Roberto) Suárez y (César) Troncoso. Una propuesta, que si bien ya la conocía de grabaciones piratas de los primeros shows de Los Redondos donde participaban varios monologuistas, principalmente Enrique Symns y Mufercho, acá no dejaba de sorprender y el dúo era muy bueno. Los había conocido tiempo antes cuando presentaban a los grupos de teatro en la carpa de la Intendencia.

–Yo practico sexo seguro –decía uno de ellos.
–Ah, ¿usás condón?
–No, me masturbo.

De Symns recuerdo un monólogo en particular que solo existe en casetes piratas: «¿Qué voy a hacer, qué voy a hacer, cuándo los torturadores del más allá me arranquen la piel con un diente podrido? Voy a confesar todo. Si, si, yo me cog…», bueno, seguía por largo rato más entre locura y humor pero no creo que a los censuradores les guste que transcriba aquí el texto original por más que sea puro arte… Tiempo después Symns y Solari tuvieron sus disputas y no actuaron más juntos. Mucho tiempo después, Symns participó en un show y disco en vivo de La Tabaré con su tema «Soy un virus» y escribió varios libros.

Terminado el show, con mi amigo Andrés nos fuimos supersatisfechos a recorrer algunos boliches de la vuelta. Terminamos en Nunca Jamás, ubicado en Soriano 1245 esquina Yi (hoy Carlos Quijano).

Al subir su larga escalera, bajaban dos chicas, una de ellas mi miró y me dijo:

–Yo a vos te conozco.

La miré e instintivamente mentí:

–Yo también te conozco.
–Vos ibas al liceo 34.
–Ah, si –y ahí presté más atención ya que la referencia era cierta, pero no la reconocía.

Tiempo después me explicó que ella era dos años menor y que me tenía fichado de esa época. Ella estaba en 2do. y yo en 4to. Yo era uno de los chicos populares del liceo pero me había enamorado de una chica que era del interior del país a la cual vi sólo dos veces en mi vida, la primera nos besamos mucho y la segunda nos separamos porque para ella el amor a la distancia no estaba en sus planes, pero a mi la distancia no me preocupaba. La chica me destrozó pero quedé sin rencores ya que fue muy sincera y clara con su argumento. Y así pasé esa año popular sin sacarle jugo a mi popularidad porque al fin y al cabo yo era un romántico y mi corazón se había resquebrajado un poco.

Nos quedamos charlando en la puerta bajo un techito porque seguía lloviznando. Al rato con mi amigo nos despedimos de la chicas y nos fuimos, no teníamos ganas de sociabilizar. Al llegar a la mitad de la cuadra escuchamos un grito de «¡Eh, no se vayan!», era la amiga de la chica que me conocía. Instintivamente nos dimos vuelta y volvimos, pero al tercer paso le pregunté a Andrés: «¿Volvemos?», a lo que él respondió que si.

Al volver decidimos los cuatro irnos de Nunca Jamás y nos fuimos a otros boliches, hasta terminar en Amarcord en Julio Herrera y Obes entre Soriano y Canelones. Nos tomamos unas cervezas. La chica que me conocía no dejaba de hablarme y yo casi que ni articulé una palabra. Ese mismo día, sin casi saberlo aún, me separé de mi entonces seminovia, varios años mayor que yo, con la que llevaba una relación turbulenta durante los últimos cuatro años. Esa misma noche me había dicho para verme, le dije que me había ganado una entrada para el show y que iba a ir. Fue prácticamente la última vez que nos vimos y hablamos.

Mi silencio imperturbable era impactante, mi mente casi se había obstinado en no emitir palabra. En un momento las chicas se fueron al baño y le dije a Andrés que era un buen momento para huir. Andrés me respondió: «Calma» y no dio opción a marcharnos.

Las chicas volvieron. Después supe que la que me conocía le dijo a su amiga que yo estaba demasiado callado. Por lo contrario, Andrés no paraba de hablar con su amiga y eso que Andrés nunca fue un gran charleta.

Nos fuimos de Amarcord, rumbo a la esquina de Canelones, en la vereda de enfrente, a pasos de la esquina nos detuvimos a ver un árbol con una forma muy particular, la base del tronco era mucho más gruesa que el resto del tronco y tenía un enorme agujero. Seguimos nuestro camino pero yo hice una jugada inconsciente, dejé que Andrés y la otra chica se fueran primero, me giré directamente hacia la chica que me conocía, y perdido por perdido y ya en posición difícil de remontar nada, le estampé un enorme y largo beso con convicción y ella lo aceptó y respondió. La llovizna no paraba de caer pero no nos incomodaba, ni siquiera la percibíamos. Al separarnos sus ojos y toda su cara reflejaba algo hermoso que me atrajo y me encantó, me detuve un segundo a contemplar su pelo mojado cayendo sobre su frente y esa fue la conquista definitiva. Volvimos a besarnos y ese fue mi lugar favorito en el mundo de donde no quise salir.

Después las acompañamos hasta sus casas que estaban a unas cuadras y por el camino le dije a la chica que le pasaba mi número de teléfono, que si quería que me llamara. No le pedí el suyo porque por aquella época no quería iniciar ningún vínculo nuevo, pero si ella quería…

Al otro día me llamó y ahí comenzó una relación que aún sigue hasta el día de hoy.

Años después ella trabajó con La Tabaré por unos años junto a su manager histórico, Andrés Rega, y ante el alejamiento de este, ella fue la manager de la banda por más de un año. Yo con el propósito de ayudarla en el principio me sumé a varias giras, incluso llegamos a ir a Buenos Aires.

Varios años después, ella junto a otros músicos y managers fundaron Cooparte, Cooperativa de las Artes del Uruguay, compuesta por artistas y otros trabajadores de la cultura y las artes.

10 años después de su fundación, Cooparte pasó a tener su sede propia en un viejo edificio semidestruido, y de pura casualidad, ubicado en… Soriano 1245.


1 Coherente e indecente – Mario Pires
2 Fixionario – La Tabaré Riverock Banda
3 Mujeres de Honky Tonk – La Tabaré Riverock Banda (Tema original de Rolling Stones)
4 Crua Chan! – La Tabaré Riverock Banda (Tema original de Sumo)
5 La música está enferma – Los Estómagos