Mónica Navarro, la voz que volvió al rock

Mónica Navarro, actriz y cantante de larga trayectoria, nacida en Argentina y radicada en Uruguay desde 1989 ha sido adoptada por el público oriental. Por casi diez años integró La Tabaré Riverock band, además en paralelo continuó su preparación como actriz, conductora de medios y mantuvo su desarrollo como cantante de tango y folklore.

Ha compartido escenario con diversos músicos nacionales e internacionales como la Bersuit Vergarabat, Omar Mollo, Las Pelotas, Molotov, Fernando Cabrera, Daniel Viglietti, Gastón Ciarlo Dino, Rúben Rada, Eduardo Darnauchans, Los Piojos, Luis Alberto Spinetta, Fito Páez, Café Tacuba, entre otros.

En estos tiempos de cuarentena, charlamos con ella y nos cuenta desde sus inicios en la música, hasta su último disco «Maldigo»

Por Abigail Ramírez.

¡Hola Mónica! primero que nada muchas gracias por compartir este momento con nosotros.

Hace muchos años que estás en la escena musical, ¿cuál es tu primero contacto o recuerdo con la música?

¡Hola!, ¿cómo estás?.

Sí, hace muchos años ya, y cada vez me queda mas lejana la reconstrucción del recuerdo de ese primer contacto (risas). Generalmente uno identifica un lugar como el primero, pero ese primer lugar seguramente tuvo un camino anterior, y probablemente el camino anterior, la construccion anterior, es la que mas tengo viva y mantengo enamorada en mi corazón, y es mi familia por parte de mi vieja, todos mis primos, tios, son recitadores o tocan algun instrumento, como digo yo, «la tribu Navarro», es una familia muy enloquecida creativamente, de San Miguel, Provincia de Corrientes, en un pueblo tan chiquito la forma de diversión siempre es la cultura, en general, no remitiendonos solamente a la musica o a la poesía, sino el hecho cultural, el encuentro con los otros, sea tomando un vino, compartiendo y haciendo música, o bailando un chamamé.

Imágenes que guardo siempre en mi corazón, como mis tíos sirviéndose un vino y siempre tirando un chorro primero a la tierra, a la pachamama, al contacto cercano con la naturaleza.

Yo todo eso lo veia con una fascinacion increíble, incluso hoy.

Asi que probablemente esa construcciona nterior la tenga mucho mas poetizada que lo puntual del momento en el que me subi por primera vez en el escenario.

Al terminar la dictadura, los liceos se clasificaban por género, entonces en un liceo de mujeres, imaginate, cada vez que veíamos a un chico nos alborotabamos un poco (risas), entonces la directora del liceo en conjunto con el director del liceo de varones, decidieron juntarnos a traves de la musica, y se creó un grupo de folklore que se llamaba «Las voces del amanecer». que luego trasendió lo estrictamente escolar.

Hablemos de tu último trabajo discográfico, «Maldigo», es un disco muy particular, que versiona canciones folklóricas al rock, ¿cómo surgió esta idea?

Antes del maldigo venia con la idea de armar un disco tanguero con otro perfil, mas eléctrico, mas enojado, y estaba en esas vueltas, tocamos con mis compañeros en la Hugo Balzo (20 años de trayectoria) e invité a Hernán, a Diego y a Fernando, que eran compañeros de La Tabaré y les dije de hacer una versión rockeada de Valderrama. En el momento el que estuve arriba del escenario haciendo esa versión, tuve una revelación y dije «woow claro!, esto es lo que quiero» (risas).

Ese disco estaba ya dándome vueltas en la cabeza, ya tenia las canciones (mas de las que al final quedaron en el disco), el concepto estaba. Recuerdo que lo llame a Fernando (Alfaro), (quien no pudo participar por sus compromisos con Rey Toro, y ahí apareció el queridísimo Irvin Carballo), y le digo, «Che que te parece Fer si hacemos un disco…» y me dice.. «Estas loca hace 48 horas que tocamos en la Hugo Blazo y ya tan rápido hacer un disco!» (risas). Y bueno, ahí arrancó el laburo de Maldigo, disco que AMO, es una síntesis de sentires, de volver a mi presente, canciones que formaron parte de estas construcciones que armaron mi camino y traerlas al ahora. quiero mucho al «Maldigo» (sonríe)

¿En que proyectos nuevos estas trabajando?

Este es un momento muy particular, en plena cuarentena, las cadenas de producción en la música, están desamparadas, no hay espectáculos públicos, (con justa razón), entonces al no haber shows en vivo, no cobramos los músicos, los iluminadores, sonidistas, vestuaristas, técnicos, stages, catering, managers, productores, agentes de prensa (todos los trabajos que se vieron afectados), conversando con mis compañeros de banda, decidimos armar canciones nuevas, que seguramente salga alguna en estos días, pero armadas desde nuestras casa con las herramientas que hay, algo para las redes, muy informal, la idea es atravesar este momento con las herramientas que una tiene, y poder seguir avanzando en lo creativo que es un momento muy importante para sostenerlo, animarlo y hacer que ese fuego siga en nuestros corazones, en nuestras cabezas.

Asi que eso, haciendo canciones nuevas, muchas canciones nuevas (sonrie), en unos dias mas estara saliendo por ahi «Hormiga».

¿Cómo ves el ámbito cultural hoy en día en Uruguay?

Bueno, tomo como cultural, la cultura en general, no solo música, escritura, etc. Yo lo veo particularmente en mis amigues, algo que me cautiva mucho de estos tiempos, es que estamos «autointerpelándonos», todo el tiempo con la pregunta abierta, hay como una necesidad de preguntarnos, ¿que hacemos?¿por qué lo estamos haciendo? ¿por qué te estoy respondiendo esto y no otra cosa?, eso me parece muy sustancioso, y siempre abrir preguntas mas que tener certezas en las respuestas, es un gran motor que alimenta el alma y alimenta tener pluralidad en las ideas, en escuchar otras ideas que capaz no son las tuyas y respetar esos espacios.

Esto es lo que a mi me parece muy interesante, de lo que yo percibo, desde mi lugar, y reitero, con mis amigues cercanos, eso es lo que veo, que la pregunta a tomado como un lugar de relevancia y me parece muy hermoso y muy abismal también, estar todo el tiempo preguntándonos, buscando opiniones.