La Vela Puerca – Envés

Por Guillermo Amy.

Luego de agotar dos shows en el Antel Arena, la icónica banda uruguaya realizó su primer concierto en el Auditorio Nacional del Sodre en sus 28 años de carrera presentando “Envés”, un show distinto, íntimo y consistente.

La banda no necesita presentación. En sus casi tres décadas de carrera se hizo lugar entre las bandas más importantes del rock nacional y regalaron canciones que indudablemente forman parte del imaginario social uruguayo. Pero a pesar de haber transitado distintos escenarios a lo largo y ancho del país y del mundo, la banda todavía contaba con algunos escenarios aún sin explorar.

“Envés” resultó un desafío para la banda. Por primera vez se enfrentaron a un público que estuvo instalado en las butacas de la Sala Adela Reta del Auditorio Nacional del Sodre. El fervoroso pogo y la euforia desmesurada fueron sustituidos, circunstancialmente, por miradas atentas y una participación no tan protagónica del público. Esto invitó a la banda a dar un breve descanso a algunos éxitos como “El viejo”, “El profeta” o “Llenos de magia” para traer algunas composiciones que suelen no estar presente en los espectáculos habituales.

Previo a comenzar, un sonido ambiente con búhos, grillos y viento inundó el recinto. Al subir el telón, una espectacular escenografía impactó la visual; un bosque repleto de hojas hechas de manera artificial rodeaba el marco de la sala. Luego de empezar a toda máquina con “Frágil” y “Su ración” del disco “El impulso” (2007), entre fuertes aplausos la banda agradeció al público y aseguraron sentirse con más nervios que de costumbre. “Las canciones que tocamos y las que vienen están inmensamente felices de que vengan a escucharlas”, decía su vocalista Sebastián Teysera, reconfirmando (por si quedaba alguna duda) que este espectáculo distaría de lo que tanto el grupo como el público acostumbra.

La velada contó con algunos invitados destacados: Pedro Dalton realizó una emotiva versión de “Hoy tranquilo”, Martín Ibarburu, que a pesar de que inicialmente iba a suplir a “Pepe” Canedo durante estas presentaciones por ser papá recientemente, de igual manera participó en algunos temas como “Dice”. Al mismo tiempo, una cuerda de violines supo tener un protagonismo significativo en canciones como “Contradecir” del disco “De bichos y flores” (2001) o “En el limbo” de “A contraluz” (2005) que también contó con la presencia del ex-La Trampa, Garo Arakelian, en voces.

La iluminación fue una de las grandes protagonistas. Los matices de colores sobre el enorme decorado que rodeaba el escenario se acoplaron a la perfección con las canciones que iban sonando y los momentos de mayor o menor intensidad. La energía fue diferente y la lista de temas fue más introspectiva enfatizando mucho en las líricas de más reflexión. “3 minutos”, “A lo verde” y “Respira” fueron algunas de sonaron y la emoción inundaba hasta los rincones más profundos de la sala. “¿Cómo no se les ocurrió antes esto?”, caía desde la platea en uno de esos silencios entre tema y tema. “Éramos muy jóvenes” respondió simpáticamente el “Enano”.

Luego de “Para no verme más” el telón se cerró por unos minutos y el público pedía una vuelta que era carta segura. La noche todavía tenía algunas sorpresas y el ambiente invitaba a golpe energético que vendría de la mano de la celebrada “El bandido salto de mata” de su disco debut “Deskarado” (1998) y “El soldado de plomo” de “Érase” (2014). La audiencia estuvo íntegramente de pie y las butacas se volvieron invisibles por un instante para parecerse visualmente a los sectores de campo habituales.

Por último, a modo de complacer el “una más y no jodemos más”, lo cual Teysera considera “la mentira más hermosa”, realizaron una versión a guitarra acústica y acordeón de “Vuelan palos” idéntica a la del DVD “Uno para todos” (2014), realizado en el Luna Park. Al ritmo del cántico de “Vamo’ La Vela de mi corazón”, el telón volvió a cerrarse dando un cierre épico para lo que será una noche inolvidable tanto para el público como para la banda.