Cumplieron 15 años de trayectoria, ¿cómo se siente estar tantos años tocando juntos?
En una línea del tiempo en un libro de historia 15 años es un breve espacio, en la realidad 15 años es toda una vida, es toda una parte en la que vamos creciendo juntos no solamente cronológicamente sino que vamos creciendo desde el punto de vista artístico, técnico humano, filosófico. Estando juntos lo hacemos caminando en la misma dirección, así se siente. Pablo, Gabriel, El Heber, en 15 años nos sentimos familia, somos hermanos de la vida. Así seguimos transitando, en un momento de mucho disfrute, de una madurez que uno no la busca simplemente se va dando. Con el devenir del tiempo, uno empieza a poner en práctica cosas que la misma experiencia artística te pone por delante, elementos como lo estético, lo técnico, cosas como plantarse arriba del escenario, irse reconvirtiendo. 15 años llenos de vida, 15 años en los que aún mantenemos firme las ganas, mantenemos el sentido por la búsqueda de la seriedad, el respeto, la responsabilidad y el amor por lo que hacemos.
¿Cómo ha ido cambiando el proceso de composición a lo largo de los años?
A lo largo de estos años hemos ido teniendo un proceso en lo compositivo, en lo creativo. Nosotros somos una banda o un grupo que gusta de conformar sus repertorios de canciones propias dentro de trabajos propios. Si bien tomamos alguna canción de nuestros queridos referentes, como en el caso de Dino que en nuestra banda lo tenemos siempre presente. Inclusive hay frases de canciones nuestras que las dijo él. Esos consejos, esos ratos de compartir de su hogar y un vinito este en donde él se despachaba y sin proponérselo daba el paso del referente, el consejo sano, el consejo a tiempo, la palmadita en la espalda, el vamo’ arriba de todos los días.
Nosotros hemos descubierto que entre los tres, a veces simplemente en esos momentos en el ensayo hacemos descansito, porque estamos como locos, nos enchufamos a tocar y a veces pasan dos horas, dos horas y media y no nos dimos cuenta que no paramos ni para tomar unos mates. Y en esos momentos de charla surge un tema, una frase, una melodía mientras afinamos el instrumento, mientras estamos acomodando la sala de ensayo. Y bueno, y ahí nace la canción. Sintonizamos cabezas y vamos por el mismo camino filosófico, ideológico, estético. Es una linda manera de que lo que decimos arriba del escenario sea verdaderamente auténtico, original, propio. Así que tenemos un lenguaje en común con La Tocata.
Hace unos años han incursionado en un sonido más rockero, ¿cómo surgió ese cambio?
Cuando nace La Tocata nace como un desprendimiento mío personal del grupo. Los del pueblo que yo integraba y lideraba la parte organizativa y también la parte coral y musical. Yo siempre fui de llegar muy temprano a los ensayos y el último en irme. Ahí me empecé a encontrar con que Gabriel y Pablo también, entonces mientras llegaba el resto de los integrantes nosotros compartíamos canciones y un día Gabriel Araújo me dice “pah loco, qué lindas canciones! ¿por qué no hacemos algo?” El “hacemos algo” terminó en un asado en mi casa en Salinas. Nunca sospechábamos que a partir de la propuesta de Gabriel de hacer algo, quedara tanto tiempo firme la propuesta como La Tocata y como dije hoy el sonido fue teniendo la metamorfosis que necesitó.
Mi amigo Roberto Darwin dice “las canciones toman lo que necesitan Hebercito” y creo que la propuesta de La Tocata fue tomando lo que necesitaba. Nosotros estuvimos unos cuantos años separados, sin tocar juntos, si bien siempre nos unió, aunque no lo sabíamos, pero nos unía el cariño que nos teníamos y esa familiaridad, ese lazo invisible. Estuvimos unos cuantos años en los que tanto Gabriel como Pablo tomaron diferentes caminos musicales.
Acá en Uruguay nada es fácil y la parte económica tal vez sea la más complicada. Los tres tomamos rumbos artísticos diferentes por un tema laboral hasta que un día nos dimos cuenta que estábamos prontos para volvernos a reunir y volver a sonar y cuando nos encontramos después de 7 años de haber tocado juntos, nos encontramos con que rumbeábamos para otro lado en cuanto al lenguaje sonoro y creo que eso también va en parte enlazado de la estética y la reconversión. Lo que arrancó siendo una propuesta totalmente acústica (guitarra de nylon, bajo y percusión en set pequeño) dijimos “pah, nos sentimos bien enchufándonos” y empezamos a sonar y nos dimos cuenta que todavía había necesidad de decir cosas y que teníamos que hacerles llegar esas cosas para decir a la juventud y si bien amamos y respetamos el folclore de raíz teníamos que tener un lenguaje que atraviese la barrera generacional de las edades. Otra vez cito a nuestro querido Dino, “este es el país de las fusiones” y nosotros somos una prueba cabal de que las fusiones funcionan y funcionan muy bien. En el repertorio de La Tocata te podés encontrar con una canción compuesta por ambos tres y te podes encontrar con una canción de Horacio Guarany, una samba tocada con este código musical más eléctrico. El power trío, como se estila decir, fue tomando lo necesario de acuerdo al momento.
¿Se ven haciendo un cambio de sonido más adelante?
Más adelante se verá, nos dejamos llevar. Por momentos aprendimos también que hay que dejar fluir y ver la corriente para dónde nos lleva y en qué código sonoro nos sentimos cómodos. Hace poco tuvimos una propuesta por el sello SONDOR y grabamos, como se dice ahora, 2 singles totalmente acústicos con un requinto de 1956. Disfrutamos mucho de las dos maneras, enchufados o acústicos, así que creo que el más adelante de La Tocata va a ser poniendo a cada canción lo que la canción necesite y el sonido que queramos dar en esa propuesta.
¿Qué nos pueden contar de su próximo recital el 4/11 en Sociedad Urbana Villa Dolores?
El 4 de noviembre va a ser el cumpleaños de La Tocata y va a venir la familia y los amigos de La Tocata. Mauricio Martínez agarró la posta en la producción, la Sociedad Urbana Villa Dolores estuvo muy abierta a propuestas artísticas como la nuestra.