Entrevista a Gabriel Mallada

El cantautor Gabriel Mallada nace el 2 de agosto 1976 en Montevideo, Uruguay.

Viene trabajando arduamente con nuevas propuestas tanto en poesía como en música. Transitando su canto mayoritariamente en el área social y en las costumbres latinoamericanas, apostando a la renovación necesaria de la cultura sonora, para que esta siga desarrollándose con conciencia e identidad.

En estos días lanzó su nueva web, donde podes encontrar toda su información y música.
Charlamos con él sobre su trabajo y nuevos proyectos. Te dejamos la nota a continuación:

Por Abigail Ramírez.

¿Hola como estas?, primero que nada, gracias por dedicarnos este tiempo para conversar.

Empezaste con la música y la poesía en 1994, te has presentado en múltiples escenarios a nivel regional, y en 2011 hay un giro importante en tu carrera al hacer una gira por Europa. Contanos un poco como se vivió esa gira y como afecto en lo tu carrera artística.

Bueno, antes que nada buenos días y obviamente que en principio el agradecido soy yo por tomarse el tiempo de contactarme y tener la inquietud de descubrir un poco que es lo que hacemos artísticamente hablando.

Referente a la pregunta y antes de responder la misma quisiera decir que en lo personal siento que han habido no una sino varias situaciones que han condicionado de una forma o de otra positivamente mi carrera artística y no todas ellas están ligadas precisamente entre si.

Ahora bien, concretamente ligado a la gira que hicimos en el año 2011 lo primero que puedo contarte es que ¡¡¡me parece mentira que ya haga casi una década de ese viaje!!!

Por otra parte creo objetivamente que ese momento marco un punto crucial en mi trabajo, no solo en lo artístico o a la aplicación del Arte, sino algo mas profundo, algo que me genero cambios reales humanamente hablando, ya sea en la percepción del entorno, en la comprensión de otras realidades y otras necesidades, en la tolerancia o en la simple inquietud por descubrir.

En fin, una modificación interior que conlleva a que lo que uno hace o intenta hacer también se modifique.

Por otro lado y mas allá de los conciertos que realice -que en si mismo fueron muy fructíferos en lo personal- el simple hecho de tener la posibilidad de establecer contacto con otras culturas y aun mas cuando estas son totalmente deferentes a la nuestra es formidable, realmente creo que no hay evento mas enriquecedor para cualquier artista que el encuentro de dos culturas diferentes, salvando todos los matices e inconvenientes que puede generar en el ámbito de la compresión el hecho de no hablar una lengua común o tener diferentes criterios a la hora de «valorizar» el Arte.

Luego está el hecho puntual de que yo partí hacia Europa en medio de la mezcla de mi 5° disco (Me Niego – 2012) y teniendo el mismo casi terminado o con muy pocos detalles a definir, cosa que al regreso cambió perceptiblemente a mi entender y en donde finalmente se integraron a ese material canciones y sonoridades que antes del viaje no estaban y que por consecuencia hicieron salir canciones que si estaban en el comienzo.

En definitiva creo que ses viaje fue sumamente enriquecedor y obviamente que no hablo en términos materiales, lo que hace que esas experiencias vividas nos acompañen y nos nutra atemporalmente.

¿Cómo encajan las dos culturas (Francia Uruguay) en tu música? ¿Cómo influyen?

Primero que nada creo que es necesario precisar o acotar que mi compañera es francesa (francesa de padres uruguayos, osea franco-uruguaya mas precisamente) lo que sin dudas hizo que aun cuando vivíamos allá en Montevideo teníamos un contacto casi «cotidiano» con parte de la cultura francesa, sobre todo en el ámbito artístico-musical.

Luego, cuando llegue aquí a Francia como en todo ámbito nuevo hay un periodo de adaptación, de aprendizaje de la lengua, de códigos en una sociedad diferente, etc.

A partir del momento en que uno comienza a comprender un poco el entorno creo que comienza a fluir naturalmente la integración, siempre y cuando uno este dispuesto a hacerlo y eso es prioritario.

Hoy luego de casi seis años viviendo aquí puedo decir que me siento integrado en buena forma al ámbito cultural francés, y si bien es «bastante diferente» al de América del Sur en cuanto a lo cultural o lingüístico el Arte afortunadamente mantiene comportamientos y códigos similares en cualquier parte del mundo, lo que sin dudas facilita o permite realizar la integración y la inserción de una manera mas «benévola» a pesar de las diferencias.

Felizmente en lo personal vengo realizando conciertos regularmente en diferentes regiones de Francia (París, Lyon, Toulouse, Marsella, etc…) como también en España, Bélgica o Alemania. La intención obviamente es continuar con la integración regional, el intercambio cultural y la diversificación del «horizonte» como manera natural de desarrollo.

Creo que el «intercambio Artístico-Cultural» es una herramienta interesante y necesaria si se pretende «descubrir» e integrarse a un país, a un pueblo, y desde él conocer y comprender así su cultura, sus costumbres, su identidad, su gente, etc.

Por otra parte también éste trabajo nos permite a nosotros (los que venimos de otros pueblos, de otras tierras) la difusión y la preservación de nuestra Cultura mas allá de las fronteras físicas, políticas o lingüísticas. Justamente es en ese punto de encuentro donde que se forja un «puente cultural» importante que sin dudas nutre y enriquece a ambas partes, ya sea desde lo artístico o del hecho simple de habitar otro paisaje humano, otro país, otra realidad, otro continente…

Referido a la influencia en mi trabajo musical, creo que influye netamente, ya sea por la sonoridad de las ciudades, los diferentes lenguajes que nos rodean cuando caminamos por las calles, las diversas vertientes musicales con las que tomamos contacto, etc.

Todo eso es realmente un crisol cultural y sonoro que se te impregna en el cuerpo y en la mayor parte de las veces eso pasa sin que te des cuenta, y lo que es mejor aun sin ninguna necesidad real de tener que despojarse de tu cultura original.

¿En qué proyectos estas trabajando actualmente?

Actualmente, ya sea en los conciertos como en la producción estamos trabajando básicamente con dos materiales discográficos.

Uno es el ultimo disco que se titula «SEJAIV» (2018) y que es el fruto de varios años de búsquedas tanto en sonoridad como en textos y aprovechando los ricos matices que genera justamente este contacto con otras latitudes y otras culturas. Un álbum que deambula entre lo cotidiano y lo social, entre el amor y los recuerdos; un trabajo en donde las problemáticas humanas más universales y el futuro no dejan de estar presentes.

El otro trabajo es el que estamos terminando y que saldrá este año y que en cierta forma encierra o reúne estos 25 años de camino en la música. Un disco muy espacial para mi en lo personal pues sera mi primer disco registrado en VIVO (Grabado en vivo, en Sala Zitarrosa de Montevideo, Uruguay) luego de varios trabajos discográficos.

Paralelamente a estos trabajos seguimos con esa parte de la escritura que no siempre nace para ser canción.

Actualmente estas radicado en Toulouse, Francia. ¿Cómo estás viviendo estos tiempos complicados por el COVID-19 y que mensaje te gustaría darle a los artistas compatriotas que están lejos del Uruguay?

Como bien decís residimos el cono urbano de Toulouse, precisamente en Castanet Tolosan, que es una pequeña ciudad que integra la región de la Occitania.

Relativo al COVID-19 y un mensaje para los artistas compatriotas (o no) creo que en éste tema está todo muy ligado desgraciadamente.

Como es de notorio y de publico conocimiento el mundo esta siendo siendo golpeado fuertemente y Europa no es la excepción.

Justamente Italia, España y Francia son los países mas afectados aquí en el «viejo continente» y eso sin dudas tiene consecuencias grabes en todos los ámbitos, donde entre tantas problemáticas existentes podemos constatar que el la cultura (que enriquece literalmente éstos países) no ha tenido ni tiene medidas de contemplación por parte de los estados a excepción de cuando llega el momento de contribuir.

Creo que como trabajadores del arte francamente no podemos pretender ser una prioridad ante tantas falencias sanitarias, pero tampoco podemos dejar de poner en el debate cotidiano las grandes carencias que sufren la gran mayoría de los artistas y esto en gran parte es algo que escapa a un numero x de países, donde de manera cotidiana y casi sistemática se trata al artista de forma despectiva o no se le reconoce su trabajo como oficio profesional, sabiendo que a lo largo de todo año, y de los años existe una gran cadena de personalidades, instituciones, festivales, estados, etc. que diariamente se benefician de nuestro trabajo, ya sea percibiendo impuestos, utilizando nuestra creatividad (cualquiera sea este) o generando miles de empleos directos e indirectos con sus respectivos salarios.

Sin dudas que seria interminable la lista de elementos ligados a nuestro trabajo y en donde hay un sin fin de personas que se benefician de él y mucho antes que nosotros percibamos nuestro propio salario.

Al día de hoy, aquí en Francia llevamos 37 días de confinamiento y en principio hasta mediados de mayo no habrá apertura del mismo, ese hecho simplemente me hace pensar en la cantidad de artistas (franceses o no) que habitan aquí y que no tienen un mínimo ingreso para sustentar su existencia, en esa precariedad diaria que envuelve y ahoga a la cultura, porque desgraciadamente para la gran mayoría de artistas la situación es la misma, ya sea en la ciudad Barcelona, en París, en Buenos Aires, en Montevideo, en Londres o cualquier otra ciudad del mundo.

Hay nombres que cambian, paisajes que cambian, culturas que cambian, continentes que cambian, pero también hay realidades que tristemente permanecen y esa es una constante en nuestro oficio. Creo que si hay algo que este COVID-19 ha hecho es develar la fragilidad de este sistema capitalista, este tiempo personalista en el que vivimos, que todo destruye y que aceptamos callando.

Sociedades donde el tejido social se ha deteriorado de tal manera que se ha vuelto un acto de heroísmo llevarle las compras del supermercado a una vecina anciana, reconociendo apenas a golpes de palmas el trabajo básico e insustituible de enfermeras, bomberos, recogedores de basura, maestras y maestros y tantos otros olvidados en la fragua diaria de éste sistema.

Pero el COVID-19 también ha ocasionado un hecho positivo y es que ha logrado reactivar la creatividad, la resistencia, la búsqueda de alternativas, los encuentros y reencuentros, la diversidad, la solidaridad, la sensibilidad y eso al arte le hace bien, mucho bien, y lo despierta.

Y digo que le hace bien sobre todo en esos lugares donde endémicamente hay un estancamiento cultural, donde hay una serie cuatro o cinco artistas que acaparan todos los medios, donde se genera una especie de «linaje artístico» de forma digitada e indefinida, donde se pasa automáticamente la posta de «esos lugares de trabajo» a los «hijos de» no habiendo en la mayoría de los casos la mas mínima critica objetiva, ni meritoria.

Donde esos mismos cuatro o cinco artistas están todo el año en «todos los lugares», repitiendo mecánicamente un repertorio recaudador (ligado a los músicos), con canciones que en muchos casos ni siquiera les pertenecen y no teniendo capacidad ética de nombrar mínimamente a los autores de las mismas a la hora de interpretarlas, a la hora de generar derechos de autoría.

En fin, creo que a pesar de todo esto éste tiempo es un buen tiempo para el Arte, pesar de la confusión, a pesar de las falencias, a pesar de los inconvenientes.

Al fin y al cabo para los artistas el camino nace siempre debajo de nuestros pies.

¡¡¡Muchas gracias!!!

Un abrazo grande y fraterno que llegue al Sur, ese Sur que incondicionalmente me acompaña siempre!!!