Por Tabaré Arapí.
Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia.
El flaco que era cantor y guitarrero.
¡Quién lo iba a soñar hace cuarenta años atrás!
Si el flaco era un ejemplo de vitalidad y elegancia.
Hoy está en una vieja pensión familiar, un hogar para ancianos necesitados, suerte que todavía tiene algunos amigos que lo acompañan por las tardes antes de entrar a la habitación a mirar televisión.
A veces, cuando sale a caminar un poco, para estirar las piernas -tiene mala estenosis el canal medular-, alguien se detiene a charlar y le comenta sobre algún cantor. -¿Escuchaste la nueva canción de los Copleros?
Y le contesta: -Sí, la escuché en radio Canelones, porque todas las tardes escucho la radio pero cada día que pasan difunden menos el canto de por aquí. En la Continental de Pando a veces difunden algún tema de los míos.
¿Y qué iba a pensar él que iba a llegar a esta situación?
Si él estuvo en casi todos los escenarios del país, pero también anduvo por escenarios argentinos y paraguayos. Recibió aplausos y abrazos de mucha gente, de eso que los periodistas llaman público.
Si compartió escenarios y conoció a Alfredo, a Tabaré, al Gallego, a Marcos, a Santiago, a Aníbal, a Anselmo, a Gabino, a Pablito, a José, a Eustaquio, a esos y otros más ya se fueron de gira, y ellos tuvieron la suerte de tener su rato de éxito -bueno yo también, se dice para sus adentros, tuve el inmenso honor de estar sobre un escenario-.
Yo, no sé si es suerte o no, soy de Canelones, soy canario, y cuando llegué a cantar a Montevideo, no era lo mismo que si eras de Treinta y Tres o de Tacuarembó, ¿debe ser por las cercanías?
Y además Canelones tiene muchos pueblos, villas, ciudades, ahora descubrieron que es un departamento musical, eso quiere decir que a sus habitantes les gusta mucho la música.
Éramos una cantidad grande de canarios que andábamos cantando por aquellos años setenta, Los del grupo vocal Universo que llegaron de Toledo, el dúo Señero desde Santa Lucía, Dimas Risso de Sauce, el dúo Los Guadalupanos y “el Hormiga” Jorge Reyes de Canelones, Luis Madruga de Pando, Los Camejo , Ciro Perez de Tala, Tabaré Arapí y Oscar Damian en La Paz, Raúl Sugo en la Costa de Oro, Sacco y Valdez, entre Canelones y Santa Lucía, desde Cerrillos Los Orilleros. Ellas las cantoras, muy pocas, de vez en cuando Sonia Amaro.
Y los poetas, ¿ qué poetas?; Lisandro García por San Jacinto, Carlos Fulco por Aguas Corrientes, Gerardo Molina de Cerrillos, Abel Soria, que ya en esos tiempos andaba por San José pero nunca se olvidó de los Cerrillos .
Ahora por suerte son muchos más los músicos que andan por el departamento, hay muchas cantoras de nivel, pero algunos de los nombrados todavía siguen actuando, pero sin embargo los años pasan y se volvieron “veteranos”.
Los espectáculos se transformaron. Los ritmos clásicos y tradicionales del canto criollo ahora son para bailar y quebrar las cinturas. Los que escuchan son menos.
Y los veteranos o “referentes” andan en la vuelta entendiendo poco de las transformaciones y algunos se enojan.
Ojala nos les pase lo mismo que a mí, cuando la gola se va, y te das cuenta que no te queda nada, porque nunca ganaste nada más que aplausos y alguna copa, ahí la soledad te abraza.
No tenés sociedad médica, ni jubilación, ni una pensión; nada, solo los recuerdos, y suerte que tengo algunos amigos y este lugar para estar y no dormir a la intemperie.
Pero que me quiten lo cantado.
Es un reconocimiento a todos los cantores “de boliche” que surcaron las noches del departamento de Canelones, y dejaron un poco de sus almas tratando de acercarse a los sueños altos. Eran tiempos de bohemia y ganas de cantar por cantar.