Alucinaciones en Familia en Sala del Museo

Por Guillermo Amy // Fotografía: Gonzalo Abeiro.

Hace rato que la banda viene en ascenso y las pruebas están a la vista. Luego de presentar su flamante tercer disco “Alucinaciones en Familia III” en La Trastienda y realizar una deslumbrante fecha en Plaza Mateo en el marco del ciclo “Contumancia”, decidieron cerrar el año de forma anticipada realizando su primer show exclusivo en Sala del Museo.

Al ingresar a la sala una gran infraestructura impactaba la visual. El escenario se encontraba preparado con varios detalles, en los que destacaba un ojo artesanal con una bola de espejo representando el iris. La previa venía con una gran elección de canciones sonando por los parlantes entre los cuales destacaban temas de Wire o The Jesus and Mary Chain, quienes evidentemente poseen cierto parentesco y afinidad con el estilo de la banda local.

Con una estricta puntualidad como habían avisado en sus redes sociales, a las 21:00 hs el show dio comienzo con los primeros sintetizadores de “Las canciones se terminan”, track que abre su nuevo disco, mientras un gran porcentaje del público aún seguía entrando a la sala y ubicándose. Para “Sinthome” (tercer tema de la noche), los leves desperfectos sonoros iniciales se solucionaron para re-encaminar el show sin mayores inconvenientes y ya con la mayoría de los asistentes dentro.

El grupo parece no tener techo y fecha a fecha se puede percibir que el apoyo es ascendente. Tal es así, que en el primer momento que las luces iluminaron la explanada y dimensionaron la cantidad de gente presente, la reacción inmediata fue: “¡Son un montón!”. Al consultar públicamente de qué departamento venían, notaron también que varios integrantes de la audiencia eran del interior. Al igual que la imagen, un momento también vale más que mil palabras.

Su espontánea comunicación y múltiples agradecimientos nombrando a todos los integrantes de su equipo hacen que la palabra “familia” sea más que una palabra suelta dentro de su nombre. Colectivamente se muestran sólidos, las invitadas en instrumentos de viento se acoplaron a la perfección generando un plus sonoro y una sinergia contagiosa para el espectador. Esto se vio reflejado en la creciente respuesta del público que cantó a todo pulmón desde los temas más añejos como “Drones por Capurro”, hasta los más recientes como “Pimienta y escarbadientes”.

Intensidad, psicodelia, consistencia y planificación, son solo algunas formas de caracterizar este show que llega en un nivel formidable, diferenciándose del anterior pero al mismo tiempo siguiendo una misma línea. Cada detalle parece estar pensado en función de las intensidades instrumentales y los momentos. La delicadeza en temas como “La orquídea fantasma”, la épica iluminación estrellada en “Secta de las dos lunas”, la fuerza bruta en los momentos de explosión como el final de “Josefina” (al punto de que Pau O’Bianchi tuvo que cambiar de guitarra por romper las cuerdas en más de una oportunidad), fueron condimentos que, combinado con una gran presencia escénica e interacciones continuas entre los músicos, hacen que logren consolidar una atmósfera envolvente sin dar lugar a la distracción.

El show duró aproximadamente dos horas, con casi 25 canciones en el setlist, que tuvo espacio para algunas sorpresas como “Inútil es en español” de “3Pecados” o el cierre final, con un homenaje a “Tüssi” Dematteis, con una emotiva versión de 1 2 3 4 5 de La Hermana Menor. Con un simple “nos vemos el año que viene”, la banda despidió el 2024 de manera temprana pero con un show que vuelve a demostrar que son una de las mejores bandas nacionales para ver en vivo en la actualidad. Resta esperar con altas expectativas lo que pueda ocurrir en 2025.