Viviana Ruiz y Lucía Merico se presentan el 1 de setiembre en Sala Zavala Muniz

¿Cuándo fue su primer acercamiento a la música? ¿Cómo era esa primera canción que compusieron? ¿Se acuerdan, la volverían a tocar o prefieren dejarla en el olvido?

Lucía: Mi primer acercamiento fue a los 9 años, cuando pedí para estudiar piano. Fui unos meses a clases y luego, como no podían comprarme un piano y en casa había una guitarra, continué tomando clases de guitarra unos meses. A los 11 años fui parte de un coro, a los 13 cursé unas materias de conservatorio y a los 16 y 17 años empecé a estudiar canto y piano en forma particular.

Viviana: De niña fui a clases en un conservatorio. Aprendía teclado y solfeo. Tuvimos con mi hermano desde chicos un teclado en casa y había una guitarra también porque mi padre tocaba. A los 14 años me acerqué a esa guitarra. Mi padre le pegó los nombres de las notas en los trastes con los circulitos de papel que quedan de las máquinas perforadoras, y así pude ubicarlas para tocar sola. A los 16 años empecé a estudiar guitarra.

Lucía: A los 3 años invente un canción de 3 versos muy graciosa que mis padres grabaron en un grabador de esos de cinta magnética, pero calculo que esa canción no contaría como respuesta. A los 17 años compuse un par de canciones para una banda de rock en la que cantaba pero no las volvería a tocar, ya no me representan en absoluto. Luego estuve muchos años sin componer hasta que arme el grupo «La tría». Ahí reapareció esa necesidad de crear y hacer canciones.

Viviana: Mi primera canción, con letra y música, se llamó Tiempo de aceptar y la hice a los 19 años. Cuando la recuerdo me genera mucha emoción y me sigue pareciendo entrañable en mi proceso personal y creativo. Es una canción que quiero mucho y si bien no la toco más, tampoco la dejo en el olvido.

Su instrumento principal además de la voz en el caso de Lucía es el piano y para Viviana sería la guitarra, ¿siempre fue así o les interesa ir por otro camino en el futuro?

Lucía: me fascina la percusión y el ritmo. Siempre ando tomando clases de bombo legüero, percusión con señas o cada tanto algún taller de candombe. Me gustaría en un futuro poder tocar mas percusión y sumarla al canto.

Viviana: En mi caso estoy entrando cada vez más en el mundo de la guitarra eléctrica (vengo desde siempre en la guitarra de nailon) y de los pedales tanto para guitarra como para voz. Me encantan como recursos para explorar algunas ideas compositivas en las que ando y que quisiera poder tocar en vivo.

Hace poco, Viviana comentó en un podcast sobre un ejercicio de composición que consistía en hacer una canción por día, ¿hay alguna de esas canciones que llegaron a editarse? ¿Han realizado otros ejercicios de composición que sientan que les han ayudado en su proceso?

Viviana: Ese fue un ejercicio-juego que me puse a mi misma un verano porque quería trabajar más sobre el oficio de la canción: hacer y terminar cada día una canción aunque después la fuera a tirar. Ninguna llegó a editarse pero esa efervescencia me dio muchísimas herramientas. Enseguida salieron varias que sí fueron canciones de verdad, digamos, pero esas partieron de otros lugares. Eso es lo que en general me pasa cuando hago una canción: algo muy profundo como punto de partida y de llegada, y el oficio como proceso. Ejercicios de composición he hecho en talleres que fueron muy formativos. Me ayudaron a salirme de ciertos lugares comunes, explorarme y desafiarme más a fondo.

Lucía: Mi forma de componer va en el sentido opuesto. Yo escribo una idea, otro día la retomo y la sigo o la transformo y no fuerzo la composición si no fluye. A menos que precise terminarla por algún motivo y entonces ahí los tiempos de reposo los reduzco a algunas horas nomás. Pero siempre necesito tomar cierta distancia de la obra hasta que finalmente me vibra y siento que esta terminada. He realizado ejercicios de composición usando diversos disparadores: ejercicios armónicos, motivos rítmico melódicos, uso de determinadas consonantes o un grupo específico de palabras elegida al azar, etc.

En el recital del 01/09 se realizará en marco del ciclo MYDMUS, un colectivo que apunta a la equidad en la música uruguaya, ¿qué notan de la escena actual en cuánto a esta problemática?

Lucía: En la escena local son cada vez más los proyectos de mujeres y es gozoso ver que cada vez hay más mujeres instrumentistas y que son respetadas por sus pares varones. Aunque aún queda mucho camino por recorrer. Las mujeres desde siempre han tenido que hacer el doble de esfuerzo, ganar su lugar y siempre tanto en ensayos como escenarios se les exige más y se las cuestiona más. Y eso es algo cultural que va a llevar tiempo modificar, pero con este tipo de iniciativas y con leyes que regulen, el camino se va allanando.

Viviana: En la medida que las mujeres y disidencias van/vamos ocupando cada vez más el ámbito público hay un montón de aspectos que se tienen que ir modificando y es necesario seguir poniéndolos sobre la mesa colectivamente. Solo nombro dos: ¿qué pasa con los roles de cuidados tradicionalmente asignados a las mujeres, o con la carga mental en torno a los cuidados? Y en la música específicamente: ¿qué pasa con los roles que también se nos han asignado, lo que socialmente se espera de nosotras? ¿cómo podemos ocupar espacios además desde una nueva forma?

¿Hay alguna música o proyecto musical de mujeres y disidencias que les guste y quieran compartir?

Lucía: Me gusta mucho Silvina Gómez, Sabrina Díaz, las composiciones de Estefania Melonio y José Arenas dentro de la música folklorica y rioplatense, Maine Hermo, Sara Sabah…

Viviana: Sumo a la lista las propuestas de Clara García, Ninguna Higuera y de María Viola. Y a algunas de tantas referentes uruguayas como son Mariana Íngold, Berta Pereira, Samantha Navarro, Amalia de la Vega.

¿Qué planes tienen para lo que resta del año?

Lucía: Tengo ganas de concretar algunos proyectos con amigos de Brasil y Argentina que ojalá se puedan dar este año, sino quedarán para el próximo…

Viviana: Estoy pensando mucho en un segundo disco, ya trabajando en la materia prima, digamos. Eso me emociona mucho. Mientras, estoy armando un formato solista con guitarra eléctrica para las actuaciones que vienen después del 1 de setiembre.

¿Qué nos pueden adelantar del próximo recital el 1 de setiembre en la Sala Zavala Muniz?

Viviana: En el recital va a haber espacio para que cada una despliegue su propuesta y su personalidad en escena. Lucía estará a cargo de la primera mitad (acompañada por Lucía Miguez en batería, Daniel Lacuesta en guitarra, Betina Chávez en violín. Como invitadas estarán Sabrina Díaz en piano y voz y Giselle Graside en bombo leguero, tambor piano y voz), y yo de la segunda mitad en formato banda (acompañada por Chacha de León en batería, Nicolás Macchi en contrabajo eléctrico y Ernesto Díaz en percusión). Y luego armaremos algo así como un tercer clima, muy breve, que es el de las dos juntas mano a mano. Para dar la bienvenida al público y en los minutos del intermedio va a participar la DJ Florencia Quintana con música de mujeres uruguayas y de la región.

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